martes, 9 de junio de 2015

Gritos en la cama.

Y mientras gritabamos en la cama (y no de la manera que me gusta) entendí, entendí cuanto te amaba; porque mientras peleabamos por cosas sin sentido, en lo único que podía pensar era en como me gustaría besarte y hacerte olvidar el motivo por el cual discutíamos. Solo podía pensar en lo mucho que me gustaría sacarte la ropa y vestirte con mis besos y mi lengua hasta que te olvides de todo salvo de mi nombre. Mientras te gritaba cosas horribles -que de verdad no pienso ni siento- lo único que cruzaba mi mente era sentirte dentro mío, moviéndote como sabes que me gusta, haciéndome gritar de un placer incomparable.
Es tan destructivo todo esto. Es tan física y mentalmente agotador. No era consciente de donde salía la fuerza que tenia para pelear, hasta hoy. Hasta esta pelea en la cama; en esa cama en la que tan bien nos entendemos, nos complementamos, nos amamos; en esta cama que hoy no cumplió su función.
Es el amor que sentimos lo que me da las fuerzas para seguir apostando a esto. Porque no importa las veces que peleemos y nos gritemos cosas sin sentido porque vos siempre vas a volver a mi y yo te voy a abrir las puertas, los brazos y las piernas. Porque yo siempre voy a volver a acurrucarme en tus brazos y vos me vas a abrazar fuerte y susurrar [te amo] en mi oído.