sábado, 7 de diciembre de 2013

Latitud 33.

Se que no soy la primera persona que sufre o sufrió por amor.
Se que soy el cliché del escritor que toma vino y se inspira.
Se que antes que yo hubo centenares, miles de escritores ahogando sus penas en una copa de vino y una hoja; algunos lo hacían a mano (como yo en este momento: el vino en la izquierda, la del corazón, y la lapicera en la derecha), otros en maquina de escribir, y los contemporáneos en computadoras. Yo prefiero hacerlo a mano, me siento más desnuda, más expuesta.
Hoy estoy acá para hablar de mi historia de amor, que seguramente es parecida a la de muchos de ustedes (o no) pero es de lo que sé escribir desde que tengo 14 años, es lo único que me inspira. No porque por mi vida no haya pasado por verdaderas tragedias: perdí a mi abuelo/padre a los 17 años de una enfermedad horrible; perdí a mi abuela/madre de una manera repentina. Pero esos temas no los quiero escribir, quedan para siempre en mi. 
En cambio esta historia me moviliza, demasiado.
No soy la típica mujer, no quiero hijos, matrimonio, nada de eso. Pero como dicen por ahí: "uno no sabe hasta que sabe". Y creo que, con vos mi amor, lo supe.
Me mostraste una vida que creí que no quería, una vida que veía muy lejana.
Siempre fui libre, sigo siéndolo pero hay algo que me lleva a vos, hay algo que me ata a vos y no puedo descifrar qué es. 
Sé que te amo, pero me pregunto ¿el amor puede hacernos tan felices y tan miserables a la vez? Al parecer la respuesta es: si (presidentes: peleen las guerras con amor, se mata más rápido)
A veces siento (y creo y compruebo) que no soy suficiente para vos. Lo intento, te juro por ese dios que dicen que existe que lo intento. No soy una maravilla: tomo alcohol como agua y no me se controlar (gajes del oficio les digo), no soy una "ama de casa" ni pienso ni quiero serlo; eso de procrear lo veo muy lejano en mi vida; así que me pregunto ¿qué puedo darte mi amor? El amor esta sobre valorado y no quiero darte menos de lo que te mereces, quiero hacerte sentir la misma felicidad que vos provocas en esta pseudo escritora pero ¿cómo? Siento y sé que jamás podré.
¡Soy extremadamente miserable!No sé cómo hacer feliz al único hombre que me hace sonreír. Ya sé, dirán que fácilmente caigo en todos los clichés del escritor: se acaba el vino y desvaría, pero juro que no es así. Verdaderamente no sé cómo hacer feliz a un hombre.
Desde que dicha persona y yo nos separamos, no me volví a enamorar, creí que lo había hecho pero no se puede comparar un océano con un vaso de agua salada, ¿no?
Tampoco intente demasiado. La única persona que valía mi esfuerzo era yo misma, y cuando un vaso de vino no bastaba, seguía mi camino. Pero con él es diferente. Me hace desear cosas que jamás imagine. Y me da miedo. Pero no es un miedo irracional, miedo a que me lastimen y quedar expuesta como antes. Es miedo a perderlo, miedo a (como dije antes) no ser suficiente.