sábado, 7 de diciembre de 2013

Latitud 33.

Se que no soy la primera persona que sufre o sufrió por amor.
Se que soy el cliché del escritor que toma vino y se inspira.
Se que antes que yo hubo centenares, miles de escritores ahogando sus penas en una copa de vino y una hoja; algunos lo hacían a mano (como yo en este momento: el vino en la izquierda, la del corazón, y la lapicera en la derecha), otros en maquina de escribir, y los contemporáneos en computadoras. Yo prefiero hacerlo a mano, me siento más desnuda, más expuesta.
Hoy estoy acá para hablar de mi historia de amor, que seguramente es parecida a la de muchos de ustedes (o no) pero es de lo que sé escribir desde que tengo 14 años, es lo único que me inspira. No porque por mi vida no haya pasado por verdaderas tragedias: perdí a mi abuelo/padre a los 17 años de una enfermedad horrible; perdí a mi abuela/madre de una manera repentina. Pero esos temas no los quiero escribir, quedan para siempre en mi. 
En cambio esta historia me moviliza, demasiado.
No soy la típica mujer, no quiero hijos, matrimonio, nada de eso. Pero como dicen por ahí: "uno no sabe hasta que sabe". Y creo que, con vos mi amor, lo supe.
Me mostraste una vida que creí que no quería, una vida que veía muy lejana.
Siempre fui libre, sigo siéndolo pero hay algo que me lleva a vos, hay algo que me ata a vos y no puedo descifrar qué es. 
Sé que te amo, pero me pregunto ¿el amor puede hacernos tan felices y tan miserables a la vez? Al parecer la respuesta es: si (presidentes: peleen las guerras con amor, se mata más rápido)
A veces siento (y creo y compruebo) que no soy suficiente para vos. Lo intento, te juro por ese dios que dicen que existe que lo intento. No soy una maravilla: tomo alcohol como agua y no me se controlar (gajes del oficio les digo), no soy una "ama de casa" ni pienso ni quiero serlo; eso de procrear lo veo muy lejano en mi vida; así que me pregunto ¿qué puedo darte mi amor? El amor esta sobre valorado y no quiero darte menos de lo que te mereces, quiero hacerte sentir la misma felicidad que vos provocas en esta pseudo escritora pero ¿cómo? Siento y sé que jamás podré.
¡Soy extremadamente miserable!No sé cómo hacer feliz al único hombre que me hace sonreír. Ya sé, dirán que fácilmente caigo en todos los clichés del escritor: se acaba el vino y desvaría, pero juro que no es así. Verdaderamente no sé cómo hacer feliz a un hombre.
Desde que dicha persona y yo nos separamos, no me volví a enamorar, creí que lo había hecho pero no se puede comparar un océano con un vaso de agua salada, ¿no?
Tampoco intente demasiado. La única persona que valía mi esfuerzo era yo misma, y cuando un vaso de vino no bastaba, seguía mi camino. Pero con él es diferente. Me hace desear cosas que jamás imagine. Y me da miedo. Pero no es un miedo irracional, miedo a que me lastimen y quedar expuesta como antes. Es miedo a perderlo, miedo a (como dije antes) no ser suficiente.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Noviembre.

Estoy cansada de estirar mi mano en las noches y no sentirte ahí. Estoy cansada de despertarme y no poder darte un beso de desayuno. Estoy cansada de esperar por cosas que tal vez nunca sucedan. No quiero el matrimonio, los hijos y vivir con vos ya; quiero poder caminar con vos de la mano, quiero poder gritarle al mundo que te amo y que vos me amas también. Quiero hacerte feliz todos los días, no solo cuando nos podemos escapar de la realidad.
Tal vez no soy lo suficientemente buena para vos, tal vez no soy la mujer que queres que sea, que esperas que sea. Pero soy esto: casi nunca soy seria, y siempre soy seria. Demasiado profunda, demasiado superficial. Muy sensible, muy insensible. Soy una colección de paradojas. Y estoy aterrada por quererte así, pero acá estoy, queriéndote de todas maneras. Queriéndote aunque sé que si alguien sale herido voy a ser yo; sabiendo que recoger los pedazos restantes de mi corazón nunca fue fácil, pero lo arriesgo de todas formas. Lo arriesgo porque sé que querernos no siempre llego a ser perfecto, pero nunca fue un error. Nunca sentí nada más real, más intenso que lo que siento cuando te beso, cuando te abrazo. Vos me das la mano y me tocas el alma. Y eso es amor. 
A veces trato de dormir porque en el momento en que abro mis ojos tu recuerdo aparece. Cada imagen esta grabada en mi retina, y se repiten una y otra vez. Tu aroma, el sabor de tu piel, tu respiración; cada segundo de esa noche se repite en mi cabeza. Y en mi cuerpo. Todo en mí ser se estremece. Puedo sentir tus caricias en mi rostro arreglándome el pelo. Puedo sentir tus brazos rodeándome, atrayéndome a tu cuerpo. Puedo sentir como me sacas la ropa despacio, sin apuros; como me besas mientras me acaricias la espalda. Todavía escucho como me decís: "te quiero" al oído mientras me haces el amor. Todos y cada uno de tus besos quedaron marcados en mi piel, en mi boca. Nunca me había sentido así antes, y es porque nunca me había entregado así antes. Mi mente, cuerpo y alma fueron tuyos. Mi mente, cuerpo y alma son tuyos. Te entregue todo mi ser. Y sin embargo nunca me sentí tan completa. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

28 de octubre.

Hay ciertos días que uno quisiera borrar del calendario. Días en los que el dolor es tan grande que no podes respirar bien y te duele tanto el alma que te duele el cuerpo también. Y donde la impotencia de no poder estar ahí para las personas que amas mas que a vos misma es tan grande que rompes cosas para sentirte medianamente bien. Hay días, como hoy, que te duelen los brazos por acumular abrazos que tenes y no podes dar. Esos abrazos en los que intentas acomodar las piezas rotas en el cuerpo de la otra persona (aunque no lo logres). Hay días como hoy en que las lagrimas caen al mismo tiempo que la lluvia, y no cesan, son una tormenta. Días en los que te das cuenta que todo es real: el dolor, el sufrimiento, el amor, la injusticia. No son solo palabras, son un torbellino que te desgarra de adentro hacia afuera dejándote vulnerable, dejándote (muchas veces) entumecida.
Hay días, como hoy, que podemos arrancar del calendario pero jamas podríamos arrancarlo de la memoria.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Fantasma.

Conozco gente nueva. Me río de sus incoherencias. Se ríen de las mías  Compartimos una comida. Compartimos muchas bebidas. Escuchamos música que nos gusta. Discutimos temas de actualidad. Peleo porque me molestan con River. Los miro con mala cara. Sonrío. Sirvo otra copa. Brindamos. Seguimos hablando incoherencias. Vuelvo a sonreír  Nos despedimos con ganas de mas. Se van, nos veremos en otra ocasión.
Me acuesto e intento escribir. No me sale. Me limpio los aros. Me lavo los dientes. Me expando la oreja de un 8mm a un 10mm. Intento escribir (otra vez). No me sale. Me resigno. Miro un rato de tele para inspirarme. Se me cierran los ojos.
Sueño con la gente que acabo de conocer. Sonrío en sueños. Aparece la persona que rompió mi corazón  con su esposa. ¿Qué carajo le paso a mi sueño? Mi sueño se transforma en pesadilla. Mi pesadilla en realidad. Abro los ojos. Ya no puedo dormir. Intento escribir. Me sale esto: 
"Siempre es la misma situación, real o no, pero siempre es la misma: conozco a alguien interesante, sonrío, me divierto, te olvido por unas horas y siempre reapareces. Ya sea en sueños o físicamente  te veo. Estas ahí como un fantasma recordándome que solo soy feliz cuando estoy con vos, recordándome que solo seré feliz si estoy con vos. A veces intento callar tu voz en mi cabeza con cerveza o alguna otra bebida (o sustancia) y eso sirve por un rato, puedo divertirme, puedo sonreír con otra persona. Pero cuando todo se termina siempre estas ahí. Tu voz en mi cabeza, tu fantasma en mi cama. Están ahí para recordarme que mi felicidad siempre tuvo y tendrá tu nombre. Recordándome que a pesar de que otros tengan mi cuerpo, mi alma y mi corazón siempre serán tuyos. "
No releo lo que escribo, siento que no hace falta. Lo guardo como "Fantasma". Intento dormir. 

jueves, 29 de agosto de 2013

Atípico.

Así que esta noche me quedare en casa y te extrañare mas de lo que tu sabes.
Hoy es un día bastante atípico. Para empezar estamos en agosto y la temperatura fue de 25° (gracias calentamiento global y efecto invernadero). Después de una de nuestras estadías de 6 horas en el hospital con mi hermana la "super embarazada" fuimos a buscar a mi cuñado al trabajo para darle las buenas nuevas con respecto a Ramirito y caminamos los tres juntos hacia el supermercado. Cuando vi las puertas de entrada sentí pánico, pensaba que no podría soportar verlo 2 veces en la misma semana, en el mismo lugar, con la misma persona. En contra de mis deseos, entramos en el supermercado para comprar algo rápido para el almuerzo. Realice una pequeña inspección y el lugar parecía seguro, no había rastros de "rompe corazones" en la sección de perfumería. Caminamos por los pasillos y ¿qué veo? ¡HEINEKEN A $7! Mi relación con el supermercado había mejorado notablemente, podía caminar por esos pasillos en paz después de ver semejante oferta. Llegamos a casa y almorzamos, nos reímos y cuando llego el momento me dispuse a dormir la siesta (¿les dije que me levante a las 6 a.m.?) pero apenas me acosté el recuerdo de nuestros días inundo mi mente. Al cerrar los ojos inevitablemente me transportaba a los días felices, los días en los que me decías "te amo" al oído, los días en los que me besabas en la playa. Por mas que intentaba e intentaba no lograba sacar esas imágenes de mi mente. Resignada, me dormí...y soñé con él. Como siempre.
Ahora son las 9 de la noche y estoy jugando juegos de mesa con mi hermana y mi cuñado mientras degustamos unas Heineken. Intento demorar la hora de ir a dormir porque sé lo que va a pasar: voy a soñar con él, otra vez. Y cuando me despierte en mitad de la noche y vea que mi cama sigue vacía, y vea que vos no estas (en realidad nunca estuviste) te extrañare como todas las noches, te extrañare como nunca te he extrañado.
Y al soñarte como siempre y extrañarte mas que nunca, mi día ya no es tan atípico.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Jabón en polvo.

Desde que vi a la persona que rompió mi corazón discutir sobre jabón en polvo con su pareja entre en una especie de trance. Intente escribir para desahogarme pero me salio algo medio raro que se llama "Trate". Intente descargar canciones de Eminem para reírme un rato, pero me recordaban a una ex pareja así que lo descarte. Intente mirar una película pero las únicas que me llamaban la atención eran las estúpidas y románticas que me había comprado cierto día pre-menstrual. Intente leer a mis autores favoritos, pero ni "La senda del Perdedor", ni "You get so alone at times that it just makes sense", ni "Escritos de un viejo indecente" de Bukowski, ni "Matadero 5" de Vonnegut, ni "Corazón delator" de Poe podían alejar mi mente de esa imagen. Intente pintarme las uñas de colores alegres, porque, como dice Mirta Legrand: "como te ven te tratan" pero esa lógica pelotuda no funciona conmigo así que acá estoy tipeando con las uñas perfectamente pintadas de negro. Intente salir a caminar, pero tengo miedo de volver a cruzarme con él, así que camine hasta la esquina y volví a mi casa. Intente miles de cosas, pero ¿a quién quería engañar? Mi mente estaba inundada con la patética imagen que vi en la góndola de perfumería del ya nombrado supermercado.
Con esa imagen en la cabeza no pude evitar preguntarme: ¿qué hubiera pasado si estuviéramos juntos? ¿seria yo la que discutiría con vos sobre jabón en polvo?  Todo el mundo sabe que no soy el llamado "material para novia" (es más, una persona que estaba conmigo me lo dijo antes de cortar la "relación" que teníamos). Yo no sueño con la casa, el marido y los hijos. Yo no sueño con ser ama de casa y llevar a los chicos al colegio y esperar hasta que mi marido llegue del trabajo. Esa no soy yo. Jamas me sentiría satisfecha siendo eso. Yo soy la de las aventuras, la de perderme en la ciudad, la de mojarme en la lluvia, la de salir de fiesta hasta el mediodía, la de vivir de noche y dormir cuando se pueda. Si mi vida fuera hijos, marido y casa, sentiría que fracase. Así que, sabiendo eso, me puse a pensar: ¿eso era lo que querías? ¿por eso la elegiste a ella y no a mi? 
A veces pienso que con vos no me molestaría la casa y los hijos; con vos seria una pseudo ama de casa, con vos me pintaría las uñas de colores, con vos vería películas estúpidas y románticas, con vos leería novelas de amor, con vos escucharía blues y R&B, con vos escribiría 10 poemas al día y te los leería en el desayuno, con vos caminaría hasta el fin del mundo. No cambiaría la esencia de lo que soy, seguiría siendo la misma aventurera que se pierde en la ciudad, que se moja en la lluvia, sale de fiesta hasta el mediodía y duerme cuando puede...pero con vos, mi amor, discutiría toda la vida sobre jabón en polvo.

lunes, 26 de agosto de 2013

Trate.

"I belive that fate has brought us here
And we should be together babe
But we're not
I play it off, but I'm dreaming of you
And I'll try to keep my cool, but I'm feenin'

I try to say goodbye and I choke
Try to walk away and I stumble
Though I try to hide it, it's clear
My world crumbles when you are not here"
 Macy Gray- I try. (Fragmento)

Después de tantos años de estar separados uno creería que ya estaría acostumbrada a verte con otra persona, creería que te habría superado y que no existiría motivo por el cual sentiría como mi corazón se rompe cada vez que te veo. Pero nada de eso sucede. Porque todavía no me acostumbro al hecho de que estés con una persona que no soy yo, porque claramente no te supere ni deje de amarte (y no creo que eso suceda pronto). Y si, cada vez que te veo las partes restantes de mi corazón se vuelven a romper, despacio. Una y otra vez.
Hoy, por ejemplo, estaba feliz en Disco (el veintiúnico supermercado de Pinamar) con mi hermana embarazada de 8 meses y 1/2 mirando libritos para regalarle a mi sobrino (porque es importante que los niños lean, y ademas porque quiero que sea el recién nacido mas inteligente de todo Pinamar) cuando de repente miro de reojo a una pareja discutiendo sobre jabón en polvo (¡¿jabón en polvo?! ¡¿dejaste una vida de aventuras conmigo para discutir sobre jabón en polvo con ella?!) y ahí estaba él. El único hombre al que le dije "te amo", el único que me hizo llorar, el único que pone una sonrisa en mi cara y la borra con la misma facilidad; ahí estaba, en Disco, con su esposa, discutiendo sobre jabón en polvo. Apenas lo vi no pude reaccionar, tuve que mirar mil y una vez para asegurarme que era él, tuve que mirar solo una vez para que mi corazón se vuelva a romper.
Hace 20 días que estoy en Pinamar y haciendo cálculos rápidos fui a comprar a ese supermercado unas 25 veces, y recorrí el centro de Pinamar unas 42 veces. Todas y cada una de las veces me super arregle (lease maquille, intente peinarme y me vestí medianamente como una mujer) y ninguna de esas veces me lo cruce, ni siquiera me mando un mensaje de texto. Y hoy, que tenia muchísima cara de recién levantada (porque la acompañe a mi hermana la "super embarazada" al hospital), ni siquiera me había maquillado y bueno, no intente peinarme porque el clima de Pinamar y mis peinados se pelearon hace mucho tiempo, y vestirme como mujer ya paso de moda en mi vida; y hoy, justamente hoy, me lo cruzo en el supermercado. ¡Qué buena suerte que tengo! ¿no?
Pese a todo lo que describo en los párrafos anteriores no cambiaría nada de lo que paso y pasa entre nosotros, ni siquiera una coma. Y como dice la canción que cito arriba:
"Creo que el destino nos trajo aquí y que deberíamos estar juntos bebé, pero no lo estamos. Yo juego afuera pero estoy soñando con vos. Trato de mantenerme cool pero me estoy derrumbando. Trate de decirte adiós y me ahogue. Trate de alejarme y me tropecé. Pensé que podía ocultarlo pero esta claro: mi mundo se derrumba cuando no estas aquí." 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Para Ramiro


No hace falta que seas perfecto para que seas todo lo que necesito. No hizo falta mirarte a los ojos para saber que te quiero. Te quiero más del te quiero que sé decir. Te quiero más de lo que me quiero a mi misma. Te quiero más allá de las palabras porque ni siquiera te conozco y ya te quiero más que a nadie. No sé de qué color son tus ojos, pero sé que destilan pureza, ternura, amor. No sé qué olor tiene tu piel pero sé que me gusta ese perfume. No escuche el sonido de tu voz pero estoy 100% segura que es la música que quiero escuchar siempre. 
No quiero enseñarte a caminar, quiero enseñarte a correr, a que seas libre. Enseñarte que no perteneces a nadie (aunque te digan lo contrario). Quiero tomarte de la mano y caminar con vos; y si algún día llegas a caerte quiero que sepas que ahí voy a estar yo para amortiguar tu caída. 
Quiero ver como te caes y aprendes a levantarte, quiero verte aprender de tus errores. Quiero verte sonreír, verte comer, verte dormir, quiero verte ser feliz. Quiero verte todos los días del resto de mi vida. 
Así que apúrate, ya me canse de esperar para conocerte (y tu mamá esta insoportable jaja). Esta todo listo para vos, pero ¿cuándo vas a venir Ramiro?.

Mis días sin ti.

Sigo evocando recuerdos felices para encontrar una musa inspiradora, algún espíritu santo que me ayude a escribir y mantener con vida este blog, y (aunque me duela admitirlo) mantenerme con vida yo también. Leí y releí y volví a leer cuadernos viejos que todavía tengo guardados, convenientemente algunos están en San Jose y algunos en Pinamar (no vaya a ser cosa que me quede sin motivos para cortarme las venas con una cuchara de madera). 
Como todavía no se bien sobre qué escribir me compre un libro que se llama "Primer amor", es un compilado de poemas y relatos que se supone que "recuerdan los mejores momentos de tu vida", me senté en la arena en la misma playa donde lo bese por ultima vez (¿melodramática? ¿yo?) y me dispuse a leerlo. Después de encontrar en ese libro muchos de mis poemas favoritos (Soneto LXVI de Pablo Neruda, Definición de amor de Francisco de Quevedo y Villegas, Soneto XLVII de William Shakespeare, Sobre cartas de amor de Mario Benedetti, etc) y derramar un par de lagrimas mientras leía esas palabras y las ataba a un nombre (como siempre, el mismo nombre, las mismas lagrimas) me dispuse a escribir, sentí que los sentimientos estaban a flor de piel, pero solo pude escribir esto: 

  • Otra vida necesito para dejarlo de amar.
  • "Just tell me I'm the one."
  • ¿Cuántas veces vas a pasar por esto? Él no es bueno para vos.
  • Tú nunca serás mio, y por eso, te tendré para siempre. 
  • Intente tanto ser lo que vos necesitabas.
  • La cosa mas difícil es ver a alguien que amas amar a alguien más.
  • "Fan de todo lo que nos pasó, del día en que te conocí." 
  • El amor es una debilidad.
  • Odio no poder odiarte.
  • ¿Qué tan lejos podes mandar un sentimiento?
Cansada de no poder hilar dos oraciones seguidas y con un poco de frío decidí emprender el camino a mi casa temporaria pero apenas empece a caminar no quise volver, no quería llegar a casa. Así que haciendo uso de mis extremidades inferiores camine y camine por todo Pinamar, no sabia bien hacia donde quería ir, de lo que estaba 100% segura es que no quería volver a la rutina. Desde que (por un impulso) renuncie al trabajo mi vida se volvió una rutina: despertarme, no hacer nada, sentirme vacía, llorar, intentar escribir, dormir. Estoy cansada de eso, no lo quiero mas, me hace mal; así que cuando me siento muy muy mal, me voy a caminar. A veces me hace sentir mejor, otras tantas no. Es increíble como funciona la cabeza cuando estamos solos.
Creo que me fui un poco de tema (¿había un tema específico?). En conclusión  así paso mis días en Pinamar, en "mi granja de rehabilitación" como me gusta llamarlo. Aunque últimamente es tan nocivo para mi como el resto de Buenos Aires. 

jueves, 8 de agosto de 2013

Where does the love go?

Seguimos siendo los mismos. La misma dirección, el mismo número de calzado, tal vez el mismo talle de pantalón (ja), los mismos cabellos revueltos e incontrolables, los mismos ojos marrones, los mismos labios que juraban amor, las mismas manos tibias que acarician suavemente. Seguimos siendo las mismas personas, con los mismos principios y valores. Tenemos la misma voz, seguimos caminando hacia el mismo lugar. Entonces, ¿qué cambio? ¿Por qué llega un momento en el que el amor solo no alcanza?
Sigo siendo la misma persona de la que te enamoraste, sigo siendo una romántica incurable que te escribía poemas todas las semanas. Pero ya no me amas, el enamoramiento se acabo. ¿Dónde quedo ese amor que jurabas sentir?

No puedo evitar preguntarme: si amas a alguien y luego se separan, ¿Dónde se va ese amor? ¿solo se termina? O ¿acaso queda ahí, congelado, hasta que se vuelven a encontrar?

domingo, 28 de julio de 2013

Revenge.-



Por mi vida y mi cama pasaron muchas personas. Personas que quise que se queden, personas que no quisieron quedarse, personas que no debí dejar que entren. Todas son historias dignas de publicar. Algunas son historias de amor, pero la que voy a relatar hoy es de venganza (y es una de mis anécdotas favoritas).
Existió en mi vida y mi cama una persona muy especial, no voy a publicar su nombre por respeto así que solo lo voy a llamar G.
Nos conocimos en un momento de mi vida muy particular: no quería enamorarme, no quería una relación, solo quería alguien con quien pasar un buen rato y nada mas. Pero G era diferente a los demás hombres que había conocido hasta el momento: él no tenía relaciones sexuales con alguien que no sea su pareja y creía demasiado en el amor. Realmente éramos polos opuestos. Y como dicen por ahí: “los opuestos se atraen.”
Así que no se bien que día le di mi numero de teléfono. Descarada y provocativamente le dije que me llamara. Tenia mi dedo en el gatillo, solo me faltaba disparar y estaría feliz hasta encontrar una nueva presa. No se porque G me atraía tanto, éramos totalmente diferentes en muchos aspectos, no tenía una belleza que me quitara el aliento y casi ni lo conocía, pero había algo en él que me llamaba la atención. Necesitaba tenerlo.
No se bien como fue pero G logro que aceptara ser su novia, me hizo creer en el amor y en los finales felices. Estaba completamente pelotuda, enamorada le dice la sociedad. Paso el tiempo y yo estaba cada vez más enganchada con una persona totalmente diferente a mí, había cambiado lo que era. Mi vida dio un giro de 180°. Hasta que un día el tiro me salió por la culata y G me rompió el corazón. Termino la relación de un día al otro, sin explicaciones. Me dejo revolucionada. Me había hecho creer en el amor para después arrancarme el corazón y dárselo de comer a los perros. No podía aceptarlo, algo tenía que hacer para recuperarlo. Seguía llamándolo, mandándole mensajes. Me transforme en la ex novia acosadora y loca que jure que jamás seria. Por un amigo en común me entere la verdad: G había terminado la relación conmigo para volver con su ex novia. ¡No lo podía creer! Tenia que encontrar la manera de vengarme.
Unas semanas después de habernos separado nos encontramos en un bar y terminamos en un hotel. Esa situación se dio repetidas veces: G le mentía a su novia actual (su ex antes de mi) y se encontraba conmigo en un bar para después terminar en un hotel.  Al principio no me molestaba la situación, era preferible compartirlo a no tenerlo (¡qué pelotuda era! ¿No?) Pero al cabo de un tiempo ya no me sentía cómoda. Era su juguete: me tenia cuando quería, hacia conmigo lo que se le antojara y después me dejaba tirada esperando el próximo llamado.
Una tarde me llamo por teléfono para decirme que me esperaba en el bar de siempre. Llegue al bar a las 3:30 a.m., lo salude y conversamos como siempre. Me di cuenta de que estaba un poco ebrio así que le pregunte si me había esperado mucho y me contesto que hace tres horas estaba sentado en ese bar. Decidí seguir el ritual: tomar unas copas y terminar en el hotel, pero esta vez haría algo diferente. Tomamos cervezas, vodka y tequila, en el momento de irnos al hotel estaba tan ebrio que casi no podía caminar. Llegamos al hotel, se acostó en la cama y se durmió; así que saque su celular del bolsillo del pantalón que había tirado en el piso y me fui al baño y lo escondí. Cuando comprobé que estaba profundamente dormido volví al baño y tome el celular, marque el número de su novia y le dije: veni a buscar a tu novio a X lugar que ya lo use y ya no me sirve. Y corte. Antes de irme le deje de regalo mi corpiño, me pinte los labios y le deje besos marcados en el cuerpo. Era la escena perfecta: G estaba acostado y agotado desnudo en una cama de hotel con besos marcados en el cuerpo y el corpiño de alguna mujer en la mano. Volví a poner su celular en el lugar en el que estaba pero no sin antes borrar la llamada que había hecho. Tome mis cosas y me fui, baje las escaleras riendo a carcajadas. Cuando estaba en la esquina vi llegar a su novia enfurecida y envuelta en un mar de lágrimas, espere que entre en el hotel y apenas cruzo la puerta pare un taxi y me fui. No se que paso cuando la novia entro en la habitación y encontró esa imagen hermosa, no lo se porque después de esa noche G no volvió a llamarme para que sea su juguete.
Vengarme de G no hizo que me sintiera mejor con respecto a mi persona, pero fue una lección que él debía aprender: YO NO SOY EL JUGUETE DE NADIE.

17 años.



Escribi esto cuando tenia 17 años, anoche lo relei y me di cuenta que todavia me siento de la misma manera. 6 años despues sigo esperandote, todavia guardo cosas para darte. 

Si tan solo supieras la forma en la que late mi corazón cuando te veo. Si tan solo supieras las sensaciones que corren por mi cuerpo cuando te toco. Si te dieras cuenta de los efectos secundarios de tus besos en mi organismo…no me dejarías tan sola deseando volverte a encontrar.
Quisiera poder decir que todo lo que pasamos quedo atrás, que todo lo que sentí por vos es “un lindo recuerdo”…pero no puedo. Porque todavía guardo besos para darte, todavía guardo caricias para regalarte, todavía tengo un orgasmo que tiene tu nombre.
 

Drunk.



Escribí esto en el micro cuando volvía a casa el 1° de Abril de 2013, no tiene coherencia ni una línea especifica, pero me pareció algo que debía publicar. Enjoy:
Estoy en el micro camino a casa y todavía me siento perdida. No se bien a donde pertenezco, ni se donde esta mi hogar. En las novelas dicen que el “hogar” esta donde esta tu corazón, eso para mi es lo mas pelotudo que haya escuchado. Mi corazón no esta en ningún lado; ¿eso significa que no tengo hogar? Las novelas son una mierda.
No me llevo bien con mi mama e idealizo a m papá. Realmente estoy rota, todo en mi esta roto. ¿Cómo puedo conseguir algo normal cuando ni yo se lo que eso es?  Viajo a todos lados con un almohadón con la forma del escudo de River, sin ese almohadón no puedo dormir (estamos hablando de lo normal que soy). Sufro de insomnio y soy alcohólica, hace poco deje las drogas y uso la comida y la música como escape. Realmente soy el sueño de toda suegra.
Estoy loca por los deportes. Y hay días en los que puedo mirar Discovery Channel y Nat Geo por horas sin moverme y casi sin pestañear. Me encanta adquirir nuevos conocimientos pero no termine el secundario. Me interesan 4 carreras universitarias, pero como no puedo decidir opte por no seguir ninguna. Amo escribir con todo mi corazón pero no me gusta mucho que la gente lea lo que escribo, así que estoy a punto de descartar presentarle algo a algún editor (igualmente creo que no soy tan buena).
Soy una persona muy sexual pero no me gusta tener sexo con cualquiera. Cuando encuentro alguien que realmente me gusta jamás, pero jamás me acuesto con esa persona. Mi lema es: “no tendrás mi corazón mientras tengas mi cuerpo. Y si queres ambos, te equivocaste de persona“. Mi primera experiencia sexual no fue romántica, no fue especial y no fue con una persona a la que le tenga aprecio. Fue duro, rudo, contra una pared, sin amor, sin besos, solo fue un tramite. Así tendrían que ser todas las experiencias sexuales. Jamás dije “te amo” durante el sexo, y creo que jamás lo voy a decir.

Once upon a time...



Había una vez, en un reino no muy lejano, una joven plebeya. Tenía los cabellos no muy largos y oscuros, ojos marrones nada especiales y un cuerpo algo abatido para su edad pero que se mantenía en pie. La joven plebeya trabajaba casi todos los días en un negocio local, la paga no era mucha pero le alcanzaba para comprarse sus baratijas. Se había enamorado solo una vez en su infancia, y tal fue el dolor que le causo ese desamor que le prometió a la luna jamás volver a enamorarse. La plebeya transcurría sus días entre su trabajo y algunas amistades que tenia en el reino. Nunca le sucedía nada extraordinario. Nunca nada ni nadie llamo su atención. Hasta que un día su jefe le pidió si podía trabajar por las noches, ya que la persona que ocupaba su puesto en el horario nocturno había salido de viaje de manera urgente. Ella no protesto y accedió al pedido de su jefe con la ilusión de conocer gente nueva (la promesa hablaba de amor, no de aventura). Esa noche, durante su turno en el negocio, conoció mucha gente interesante y entablo nuevas amistades. Minutos antes de que termine su horario ingreso un caballero que llamo su atención, no lo había visto nunca por el negocio ni caminando por el reino. ¿Quién era ese caballero que la miraba y la hacia sonrojar?
Con el pasar de los días se fue enterando de pequeñas cosas del misterioso caballero: su nombre, su edad, su dirección, su estado civil. No tenia una belleza fuera de lo común ni grandes riquezas, pero poseía algo que a la plebeya le llamaba la atención, le gustaba. Necesitaba tenerlo cerca.
Un buen día, cansada de esperar a que el caballero diera el primer paso, ella se acerco y le dio un papel con su número de teléfono. Esa misma noche el caballero le mando un mensaje de texto muy dulce. “It’s done. Uno mas para agregar a la lista y off to the next one” pensó la plebeya. ¡Qué equivocada estaba!
Después de que ella diera el primer paso, el caballero le mandaba mensajes de texto a todo momento, la llamaba por teléfono, la hacia sentir especial. “es uno más” seguía pensando ella, pero en el fondo sabía que, tal vez, estaba equivocada.
Decidieron verse fuera del lugar de trabajo. Se besaron, rieron, caminaron... y cuando llego el momento de despedirse, él la invito a dormir en su cama. Ella rio y respondió que no, que era demasiado pronto, lo beso y volvió a su casa. En ese momento supo que no era uno mas, no era una aventura, ese caballero tenia algo que le gustaba demasiado y no quería transfórmalo en un número en su lista.
Poco a poco dicho caballero empezó a abrirse paso en la mente de la plebeya, y en su corazón también. Poco a poco logro que la plebeya se sintiera princesa, logro que creyera en los cuentos de hadas y en los finales felices. Planearon viajes a tierras lejanas, planearon una familia, una vida juntos. Todo parecía perfecto, un cuento de hadas. La plebeya pensaba que los dioses habían escuchado las necesidades de su corazón y le habían enviado un príncipe azul disfrazado de caballero.
Pero la vida no es un cuento de hadas, y las promesas nunca se cumplen. Una mañana fría de agosto el caballero se presentó en la casa de la plebeya, tenía la mirada preocupada y se lo notaba nervioso. Apenas cruzo el umbral le dijo que necesitaba decirle algo y sin más preámbulos termino la relación. No le dio muchas explicaciones, solo le dijo que estaba confundido, que necesitaba tiempo y que quería ser su amigo. La plebeya sintió como ese mundo de cristal que él le había construido se rompía abruptamente, sintió como en su pecho se abría un vacio enorme, imposible de llenar. Con algunas lágrimas en los ojos le pregunto ¿por qué? ¿Qué había cambiado? Y le dijo casi a los gritos que no podía ser su amiga, no bajo esas circunstancias. Hasta ahí había llegado su cuento de hadas.
Estaba devastada y enojada. Se había permitido sentir cosas por ese caballero, creer en los cuentos de hadas. Se había permitido ser alguien que juro que jamás seria. Paso varias semanas tirada en su cama escuchando su banda favorita, fumando y derramando una que otra lagrima. Intento recuperar el amor de su caballero de mil maneras diferentes, pero ninguna resulto efectiva. Él la había olvidado. Solo le quedaba el vacio en el pecho que no podría llenar jamás y promesas rotas.
Con el tiempo ella se dio cuenta que las plebeyas nunca se convierten en princesas, que los príncipes azules no existen, que las promesas entre amantes no se cumplen y que los cuentos de hadas nunca se hacen realidad. No había final feliz. Al menos no para ella.