domingo, 28 de julio de 2013

Revenge.-



Por mi vida y mi cama pasaron muchas personas. Personas que quise que se queden, personas que no quisieron quedarse, personas que no debí dejar que entren. Todas son historias dignas de publicar. Algunas son historias de amor, pero la que voy a relatar hoy es de venganza (y es una de mis anécdotas favoritas).
Existió en mi vida y mi cama una persona muy especial, no voy a publicar su nombre por respeto así que solo lo voy a llamar G.
Nos conocimos en un momento de mi vida muy particular: no quería enamorarme, no quería una relación, solo quería alguien con quien pasar un buen rato y nada mas. Pero G era diferente a los demás hombres que había conocido hasta el momento: él no tenía relaciones sexuales con alguien que no sea su pareja y creía demasiado en el amor. Realmente éramos polos opuestos. Y como dicen por ahí: “los opuestos se atraen.”
Así que no se bien que día le di mi numero de teléfono. Descarada y provocativamente le dije que me llamara. Tenia mi dedo en el gatillo, solo me faltaba disparar y estaría feliz hasta encontrar una nueva presa. No se porque G me atraía tanto, éramos totalmente diferentes en muchos aspectos, no tenía una belleza que me quitara el aliento y casi ni lo conocía, pero había algo en él que me llamaba la atención. Necesitaba tenerlo.
No se bien como fue pero G logro que aceptara ser su novia, me hizo creer en el amor y en los finales felices. Estaba completamente pelotuda, enamorada le dice la sociedad. Paso el tiempo y yo estaba cada vez más enganchada con una persona totalmente diferente a mí, había cambiado lo que era. Mi vida dio un giro de 180°. Hasta que un día el tiro me salió por la culata y G me rompió el corazón. Termino la relación de un día al otro, sin explicaciones. Me dejo revolucionada. Me había hecho creer en el amor para después arrancarme el corazón y dárselo de comer a los perros. No podía aceptarlo, algo tenía que hacer para recuperarlo. Seguía llamándolo, mandándole mensajes. Me transforme en la ex novia acosadora y loca que jure que jamás seria. Por un amigo en común me entere la verdad: G había terminado la relación conmigo para volver con su ex novia. ¡No lo podía creer! Tenia que encontrar la manera de vengarme.
Unas semanas después de habernos separado nos encontramos en un bar y terminamos en un hotel. Esa situación se dio repetidas veces: G le mentía a su novia actual (su ex antes de mi) y se encontraba conmigo en un bar para después terminar en un hotel.  Al principio no me molestaba la situación, era preferible compartirlo a no tenerlo (¡qué pelotuda era! ¿No?) Pero al cabo de un tiempo ya no me sentía cómoda. Era su juguete: me tenia cuando quería, hacia conmigo lo que se le antojara y después me dejaba tirada esperando el próximo llamado.
Una tarde me llamo por teléfono para decirme que me esperaba en el bar de siempre. Llegue al bar a las 3:30 a.m., lo salude y conversamos como siempre. Me di cuenta de que estaba un poco ebrio así que le pregunte si me había esperado mucho y me contesto que hace tres horas estaba sentado en ese bar. Decidí seguir el ritual: tomar unas copas y terminar en el hotel, pero esta vez haría algo diferente. Tomamos cervezas, vodka y tequila, en el momento de irnos al hotel estaba tan ebrio que casi no podía caminar. Llegamos al hotel, se acostó en la cama y se durmió; así que saque su celular del bolsillo del pantalón que había tirado en el piso y me fui al baño y lo escondí. Cuando comprobé que estaba profundamente dormido volví al baño y tome el celular, marque el número de su novia y le dije: veni a buscar a tu novio a X lugar que ya lo use y ya no me sirve. Y corte. Antes de irme le deje de regalo mi corpiño, me pinte los labios y le deje besos marcados en el cuerpo. Era la escena perfecta: G estaba acostado y agotado desnudo en una cama de hotel con besos marcados en el cuerpo y el corpiño de alguna mujer en la mano. Volví a poner su celular en el lugar en el que estaba pero no sin antes borrar la llamada que había hecho. Tome mis cosas y me fui, baje las escaleras riendo a carcajadas. Cuando estaba en la esquina vi llegar a su novia enfurecida y envuelta en un mar de lágrimas, espere que entre en el hotel y apenas cruzo la puerta pare un taxi y me fui. No se que paso cuando la novia entro en la habitación y encontró esa imagen hermosa, no lo se porque después de esa noche G no volvió a llamarme para que sea su juguete.
Vengarme de G no hizo que me sintiera mejor con respecto a mi persona, pero fue una lección que él debía aprender: YO NO SOY EL JUGUETE DE NADIE.

17 años.



Escribi esto cuando tenia 17 años, anoche lo relei y me di cuenta que todavia me siento de la misma manera. 6 años despues sigo esperandote, todavia guardo cosas para darte. 

Si tan solo supieras la forma en la que late mi corazón cuando te veo. Si tan solo supieras las sensaciones que corren por mi cuerpo cuando te toco. Si te dieras cuenta de los efectos secundarios de tus besos en mi organismo…no me dejarías tan sola deseando volverte a encontrar.
Quisiera poder decir que todo lo que pasamos quedo atrás, que todo lo que sentí por vos es “un lindo recuerdo”…pero no puedo. Porque todavía guardo besos para darte, todavía guardo caricias para regalarte, todavía tengo un orgasmo que tiene tu nombre.
 

Drunk.



Escribí esto en el micro cuando volvía a casa el 1° de Abril de 2013, no tiene coherencia ni una línea especifica, pero me pareció algo que debía publicar. Enjoy:
Estoy en el micro camino a casa y todavía me siento perdida. No se bien a donde pertenezco, ni se donde esta mi hogar. En las novelas dicen que el “hogar” esta donde esta tu corazón, eso para mi es lo mas pelotudo que haya escuchado. Mi corazón no esta en ningún lado; ¿eso significa que no tengo hogar? Las novelas son una mierda.
No me llevo bien con mi mama e idealizo a m papá. Realmente estoy rota, todo en mi esta roto. ¿Cómo puedo conseguir algo normal cuando ni yo se lo que eso es?  Viajo a todos lados con un almohadón con la forma del escudo de River, sin ese almohadón no puedo dormir (estamos hablando de lo normal que soy). Sufro de insomnio y soy alcohólica, hace poco deje las drogas y uso la comida y la música como escape. Realmente soy el sueño de toda suegra.
Estoy loca por los deportes. Y hay días en los que puedo mirar Discovery Channel y Nat Geo por horas sin moverme y casi sin pestañear. Me encanta adquirir nuevos conocimientos pero no termine el secundario. Me interesan 4 carreras universitarias, pero como no puedo decidir opte por no seguir ninguna. Amo escribir con todo mi corazón pero no me gusta mucho que la gente lea lo que escribo, así que estoy a punto de descartar presentarle algo a algún editor (igualmente creo que no soy tan buena).
Soy una persona muy sexual pero no me gusta tener sexo con cualquiera. Cuando encuentro alguien que realmente me gusta jamás, pero jamás me acuesto con esa persona. Mi lema es: “no tendrás mi corazón mientras tengas mi cuerpo. Y si queres ambos, te equivocaste de persona“. Mi primera experiencia sexual no fue romántica, no fue especial y no fue con una persona a la que le tenga aprecio. Fue duro, rudo, contra una pared, sin amor, sin besos, solo fue un tramite. Así tendrían que ser todas las experiencias sexuales. Jamás dije “te amo” durante el sexo, y creo que jamás lo voy a decir.

Once upon a time...



Había una vez, en un reino no muy lejano, una joven plebeya. Tenía los cabellos no muy largos y oscuros, ojos marrones nada especiales y un cuerpo algo abatido para su edad pero que se mantenía en pie. La joven plebeya trabajaba casi todos los días en un negocio local, la paga no era mucha pero le alcanzaba para comprarse sus baratijas. Se había enamorado solo una vez en su infancia, y tal fue el dolor que le causo ese desamor que le prometió a la luna jamás volver a enamorarse. La plebeya transcurría sus días entre su trabajo y algunas amistades que tenia en el reino. Nunca le sucedía nada extraordinario. Nunca nada ni nadie llamo su atención. Hasta que un día su jefe le pidió si podía trabajar por las noches, ya que la persona que ocupaba su puesto en el horario nocturno había salido de viaje de manera urgente. Ella no protesto y accedió al pedido de su jefe con la ilusión de conocer gente nueva (la promesa hablaba de amor, no de aventura). Esa noche, durante su turno en el negocio, conoció mucha gente interesante y entablo nuevas amistades. Minutos antes de que termine su horario ingreso un caballero que llamo su atención, no lo había visto nunca por el negocio ni caminando por el reino. ¿Quién era ese caballero que la miraba y la hacia sonrojar?
Con el pasar de los días se fue enterando de pequeñas cosas del misterioso caballero: su nombre, su edad, su dirección, su estado civil. No tenia una belleza fuera de lo común ni grandes riquezas, pero poseía algo que a la plebeya le llamaba la atención, le gustaba. Necesitaba tenerlo cerca.
Un buen día, cansada de esperar a que el caballero diera el primer paso, ella se acerco y le dio un papel con su número de teléfono. Esa misma noche el caballero le mando un mensaje de texto muy dulce. “It’s done. Uno mas para agregar a la lista y off to the next one” pensó la plebeya. ¡Qué equivocada estaba!
Después de que ella diera el primer paso, el caballero le mandaba mensajes de texto a todo momento, la llamaba por teléfono, la hacia sentir especial. “es uno más” seguía pensando ella, pero en el fondo sabía que, tal vez, estaba equivocada.
Decidieron verse fuera del lugar de trabajo. Se besaron, rieron, caminaron... y cuando llego el momento de despedirse, él la invito a dormir en su cama. Ella rio y respondió que no, que era demasiado pronto, lo beso y volvió a su casa. En ese momento supo que no era uno mas, no era una aventura, ese caballero tenia algo que le gustaba demasiado y no quería transfórmalo en un número en su lista.
Poco a poco dicho caballero empezó a abrirse paso en la mente de la plebeya, y en su corazón también. Poco a poco logro que la plebeya se sintiera princesa, logro que creyera en los cuentos de hadas y en los finales felices. Planearon viajes a tierras lejanas, planearon una familia, una vida juntos. Todo parecía perfecto, un cuento de hadas. La plebeya pensaba que los dioses habían escuchado las necesidades de su corazón y le habían enviado un príncipe azul disfrazado de caballero.
Pero la vida no es un cuento de hadas, y las promesas nunca se cumplen. Una mañana fría de agosto el caballero se presentó en la casa de la plebeya, tenía la mirada preocupada y se lo notaba nervioso. Apenas cruzo el umbral le dijo que necesitaba decirle algo y sin más preámbulos termino la relación. No le dio muchas explicaciones, solo le dijo que estaba confundido, que necesitaba tiempo y que quería ser su amigo. La plebeya sintió como ese mundo de cristal que él le había construido se rompía abruptamente, sintió como en su pecho se abría un vacio enorme, imposible de llenar. Con algunas lágrimas en los ojos le pregunto ¿por qué? ¿Qué había cambiado? Y le dijo casi a los gritos que no podía ser su amiga, no bajo esas circunstancias. Hasta ahí había llegado su cuento de hadas.
Estaba devastada y enojada. Se había permitido sentir cosas por ese caballero, creer en los cuentos de hadas. Se había permitido ser alguien que juro que jamás seria. Paso varias semanas tirada en su cama escuchando su banda favorita, fumando y derramando una que otra lagrima. Intento recuperar el amor de su caballero de mil maneras diferentes, pero ninguna resulto efectiva. Él la había olvidado. Solo le quedaba el vacio en el pecho que no podría llenar jamás y promesas rotas.
Con el tiempo ella se dio cuenta que las plebeyas nunca se convierten en princesas, que los príncipes azules no existen, que las promesas entre amantes no se cumplen y que los cuentos de hadas nunca se hacen realidad. No había final feliz. Al menos no para ella.

Dia del amigo.



Es difícil encontrar a alguien que te ame tal cual sos, alguien que ame al tú que tú amas. Alguien con quien te sentís cómoda. Alguien con quien compartir no solo una conversación sino también los silencios. Alguien que respete tus momentos de soledad, tus ganas de escaparte del mundo; alguien que este ahí para vos aunque vos no se lo pidas, alguien que sepa cuando necesitas un abrazo con solo una mirada.
Es difícil encontrar alguien que te ame sin importar nada más. Alguien que comparta tus gustos en música, libros, películas, series y todas las cosas raras de este mundo. Alguien que comparta tu visión de la vida, tu manera de hacer las cosas. Alguien con quien reír hasta llorar, y llorar hasta dormirte.
Es difícil encontrar a alguien que sepa lo que estas pensando con solo mirarte, alguien que diga las mismas incoherencias exactamente al mismo tiempo.
Es difícil encontrar a alguien que a pesar de las diferencias, las peleas, los días (o semanas) sin hablarse siga estando ahí para vos.
Es difícil encontrar un amigo. Por suerte ya no tengo que buscar, porque te tengo a vos.