miércoles, 21 de agosto de 2013

Mis días sin ti.

Sigo evocando recuerdos felices para encontrar una musa inspiradora, algún espíritu santo que me ayude a escribir y mantener con vida este blog, y (aunque me duela admitirlo) mantenerme con vida yo también. Leí y releí y volví a leer cuadernos viejos que todavía tengo guardados, convenientemente algunos están en San Jose y algunos en Pinamar (no vaya a ser cosa que me quede sin motivos para cortarme las venas con una cuchara de madera). 
Como todavía no se bien sobre qué escribir me compre un libro que se llama "Primer amor", es un compilado de poemas y relatos que se supone que "recuerdan los mejores momentos de tu vida", me senté en la arena en la misma playa donde lo bese por ultima vez (¿melodramática? ¿yo?) y me dispuse a leerlo. Después de encontrar en ese libro muchos de mis poemas favoritos (Soneto LXVI de Pablo Neruda, Definición de amor de Francisco de Quevedo y Villegas, Soneto XLVII de William Shakespeare, Sobre cartas de amor de Mario Benedetti, etc) y derramar un par de lagrimas mientras leía esas palabras y las ataba a un nombre (como siempre, el mismo nombre, las mismas lagrimas) me dispuse a escribir, sentí que los sentimientos estaban a flor de piel, pero solo pude escribir esto: 

  • Otra vida necesito para dejarlo de amar.
  • "Just tell me I'm the one."
  • ¿Cuántas veces vas a pasar por esto? Él no es bueno para vos.
  • Tú nunca serás mio, y por eso, te tendré para siempre. 
  • Intente tanto ser lo que vos necesitabas.
  • La cosa mas difícil es ver a alguien que amas amar a alguien más.
  • "Fan de todo lo que nos pasó, del día en que te conocí." 
  • El amor es una debilidad.
  • Odio no poder odiarte.
  • ¿Qué tan lejos podes mandar un sentimiento?
Cansada de no poder hilar dos oraciones seguidas y con un poco de frío decidí emprender el camino a mi casa temporaria pero apenas empece a caminar no quise volver, no quería llegar a casa. Así que haciendo uso de mis extremidades inferiores camine y camine por todo Pinamar, no sabia bien hacia donde quería ir, de lo que estaba 100% segura es que no quería volver a la rutina. Desde que (por un impulso) renuncie al trabajo mi vida se volvió una rutina: despertarme, no hacer nada, sentirme vacía, llorar, intentar escribir, dormir. Estoy cansada de eso, no lo quiero mas, me hace mal; así que cuando me siento muy muy mal, me voy a caminar. A veces me hace sentir mejor, otras tantas no. Es increíble como funciona la cabeza cuando estamos solos.
Creo que me fui un poco de tema (¿había un tema específico?). En conclusión  así paso mis días en Pinamar, en "mi granja de rehabilitación" como me gusta llamarlo. Aunque últimamente es tan nocivo para mi como el resto de Buenos Aires. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario